venres, 27 de novembro de 2020

TEMA 7. Conservación de obras de arte en el museo

Contenidos Fundamentos de la conservación preventiva. Iluminación y conservación. Almacenaje, manipulación y transporte de bienes culturales. Objetivos: Los museos deben abordar la restauración, la limpieza, la consolidación de sus colecciones y la conservación preventiva de colecciones permanentes o temporales. No puede olvidarse los protocolos para el transporte, el almacenaje o la manipulación de las piezas.

Bibliografía 


Fundamentos de la conservación preventiva

Todo lo que afecta a la seguridad en el museo es objeto de un programa específico dentro del Plan Museológico, pero al margen de ese, que afecta a la preservación en general de las cosas y también de las personas, hay otro específico para el de las colecciones, que es el Programa de Conservación (integrante del Programa de Colecciones junto a los de Incremento, Documentación e Investigación).

Dentro del conjunto de medios destinados a evitar la alteración y deterioro de los objetos museísticos se distinguen diferentes medidas según el criterio que determine su tratamiento. Distinguimos así entre conservación, preservación y restauración, además de la conservación preventiva, que merece tratamiento a parte. 

  • La Conservación es el conjunto de acciones destinadas a garantizar la seguridad e integridad de los bienes culturales para prolongar lo más posible su vida útil (utilidad en sentido patrimonial, es decir, como fieles testimonios de lo que fueron en origen). 

  • La Preservación es la intervención sobre el objeto que queremos conservar para mantenerlo físicamente tal y como lo percibimos durante el mayor tiempo posible. El mejor ejemplo de esta intervención es la estabilización de un objeto arqueológico, por ejemplo, manteniéndolo en su medio de deposición (tierra, agua, hielo…) antes de su acondicionamiento al nuevo medio de conservación.  

  • La Restauración, por el contrario, supone intervenir sobre la pieza, no para mantenerla, sino para modificarla, con la intención de rectificar los efectos del paso del tiempo o de anteriores intervenciones sobre el objeto, que así se pretende volver a su estado original.  

  • Finalmente destacaremos la Conservación Preventiva, que consiste en prever las condiciones ambientales más adecuadas para favorecer la conservación de los objetos, evitando todos los factores que pudieran repercutir negativamente en su conservación. 

(Cf. BALLART, 2007: 152-3)

Conservación preventiva y normativa para la restauración de las piezas

La conservación preventiva es el conjunto de actuaciones que más previsión e inversión requiere en el museo, pues supone el acondicionamiento general de las instalaciones museísticas para controlar todos los factores ambientales que inciden sobre la conservación: la luz, la temperatura (T), la humedad-relativa (HR) y la contaminación química y/o biológica; además de los factores mecánicos: movimientos y traslados.
Muchas colecciones museísticas están formadas por objetos históricos o en general compuestos por materiales orgánicos, cuya preservación requiere cuidados especiales. Evitar la degradación de tales objetos constituye la preocupación fundamental de la Conservación Preventiva. 

Ante la situación actual de pandemia, el ICOM advierte de su incidencia sobre la conservación de los fondos, y recomienda prácticas específicas para enfrentarla que intervienen más sobre el programa de seguridad, en cuanto que se antepone la seguridad de las personas antes que la de las colecciones, "víctimas" indirectas de la reclusión e inactividad del personal de los museos. 
La pandemia de COVID-19 está afectando al sector de los museos en formas que aún no podemos predecir plenamente, especialmente en lo que concierne a las pérdidas económicas. Sin embargo, en este momento, el confinamiento y la ausencia de la mayor parte del personal ya puede provocar graves repercusiones en la conservación y la seguridad de las colecciones.

Iluminación y conservación

Siempre es preferible mantener las condiciones ambientales lo más estables posibles, evitando exponer a cambios bruscos de temperatura y HR los objetos por intentar acondicionarlos a los parámetros ideales de conservación. Para ello es recomendable hacer siempre estudios climáticos de las salas, tanto de almacenaje como de exposición, para prever y prevenir posibles incidencias negativas. (Cf. GUTIÉRREZ USILLOS 2012: 78-80)

A) Control de factores ambientales.

La luz
Tanto la luz natural como la artificial emiten radiaciones perniciosas para la conservación de los materiales orgánicos (piel, telas, papel) y de los colores (pigmentos, tintes, tintas, lacas, barnices), haciendo especialmente sensibles los dibujos sobre papel, las pinturas sobre tabla o las fotografías en color.
La radiación ultravioleta (UV) es la más dañina (especialmente la solar), pues produce reacciones fotoquímicas, y el método más eficaz para combatirla es el uso de filtros UV en cristales, de ventanas de salas y de vitrinas. 
Con respecto a la radiación artificial, hoy en día las propias luminarias (focos) ofrecen la posibilidad de filtrar los rayos UV y también los infrarrojos, cuyo principal efecto sobre los materiales es el aumento de calor.
El conservador-restaurador deberá estar atento tanto a la intensidad de la radiación que soporta un objeto como al tiempo de exposición, puesto que es lo mismo que una pieza esté expuesta 100 horas a 50 lux/hora que 50 horas a 100 lux/hora. Existen en la literatura especializada tablas sobre los niveles recomendados de intensidad lumínica. [o luminancia] Por ejemplo se recomienda que durante el tiempo de exposición diario al público los gravados, los dibujos o los textiles nunca superen los 50 lux. En cambio la pintura al óleo o los objetos de piel pueden soportar hasta los 200 lux, mientras que los objetos de metal, cristal o madera aguantan los 300 lux” 

[El equilibrio entre conservación y visibilidad se consigue estableciendo una iluminación máxima en función del tipo de material:
- Materiales muy sensibles (papel, acuarelas, textiles, plumas o pieles): < 50 luxes, o 120.000 lux/hora anuales. Se recomienda un máximo de 300 horas seguidas (o durante un mes 10 horas diarias)
- Materiales sensibles (pinturas al óleo barnizadas, materiales orgánicos como marfil, madera o hueso): <100-150 luxes, 500.000 lux/horas
- Materiales poco sensibles (piedra, vidrio, cerámica, metal no pintado, materiales inorgánicos): < 300 luxes. (Cf. GUTIERREZ USILLOS, 2012: 81)]

Protocolos de actuación respecto al tratamiento de la luz:
Evitar siempre la exposición directa a la luz solar 
Limitar el tiempo de exposición indirecta a la luz solar 
Utilizar fuentes de luz con baja radiación UV como los fluorescentes o más bien, hoy en día, las lámparas LED o de fibra óptica, que no emiten calor (aunque pueden ofrecer resultados negativos en el campo cromático...) 
Utilizar filtros UV en ventanas y vitrinas 
Alternar cada cierto tiempo los materiales más sensibles en exposición.

La temperatura y la humedad relativa
La temperatura (T) mide el calor ambiente, medido en grados centígrados por el termómetro. La temperatura y sus valores afectan a la Humedad Relativa (HR), cuyas fluctuaciones (medidas por termohigrómetro) resultan especialmente nocivas para la conservación de muchos materiales, especialmente los de naturaleza orgánica. 
El aumento de temperatura favorece el incremento de la humedad relativa y todo ello redunda en un aumento de la actividad biológica (hongos, bacterias…), considerándose una de las peores amenazas medioambientales de las colecciones museísticas.
(Los parámetros ideales de T y HR en almacenes y salas de exposición se sitúan entre los 20ºC y el 55% de HR, aunque se admiten rangos mucho más amplios, entre el 45-65%,  
[Para las fluctuaciones en el ciclo diario, la capacidad de control del sistema debe permitir el mantenimiento de forma estable de la humedad relativa con una oscilación máxima de ±5- 10%HR. El control de la temperatura debe garantizar una oscilación máxima de ±2-5ºC. Para las fluctuaciones estacionales a lo largo del ciclo anual, el sistema debe garantizar un control de la humedad relativa suficiente para que las oscilaciones no superen el 20% dentro del rango 30-70%, y la temperatura no descienda de los 17ºC o supere los 27ºC en las salas de exhibición. Estos valores límite son compatibles con la normativa española y europea sobre condiciones ambientales en los lugares de trabajo. Estas especificaciones pueden ser útiles para el control de las condiciones ambientales en zonas amplias del museo, edificio (salas de exhibición, zonas de depósito, zonas de tránsito) , etc., aunque para objetos con materiales especialmente vulnerables o estado de conservación crítico será necesario un control más restrictivo mediante el uso de vitrinas o subcontenedores apropiados. 

Para el control de T y HR en salas, almacenes, talleres y laboratorios, se recomiendan las siguientes medidas:
Acondicionar convenientemente el edificio del museo para optimizar sus propiedades aislantes y llevar a cabo un correcto mantenimiento del mismo (instalar doble ventana, cortinas de aire, evitar goteras, humedades, escapes en cañerías, etc)
En función del tipo de colecciones y del clima, instalar equipos de aire acondicionado y/o de calefacción en las zonas más sensibles.
Utilizar por salas, en función de las condiciones ambientales, equipos de humidificación o deshumidificación 
Utilizar bajo control en vitrinas y en compartimentos pequeños de almacenamiento de objetos, como cajones y armarios, gel de sílice u otros productos parecidos absorbentes de la humedad ambiente.

La contaminación
a) Materiales en contacto con las colecciones
Hay materiales potencialmente peligrosos porque pueden producir vapores dañinos (caso de algunas colas, maderas, algunos compuestos celulósicos, el poliuretano, polivinílicos, etc.). Estos problemas se solventan planificando el uso de materiales inocuos para el almacenamiento de las colecciones.
b) Polución ambiental
El aire contaminado de origen urbano o industrial puede afectar gravemente a los materiales orgánicos y también producir corrosión en los metales. La única solución posible es la instalación de aire acondicionado con filtros, que haga recircular el aire las 24 horas del día.

El polvo
Produce abrasión mecánica, concentra la humedad y atrae insectos, ácaros, hongos y bacterias. Se combate limpiando regularmente y asegurando el cierre estanco de las vitrinas y de las ventanas.

Las plagas
Insectos (carcomas, pez plateado, termitas…), hongos, bacterias, roedores, se evitan asegurando el mantenimiento adecuado de las instalaciones, entre otras medidas:
- Supervisar nuevas colecciones (fumigar con gases inertes u otros agentes químicos los objetos infestados o potencialmente infestados)
- Inspeccionar las colecciones regularmente
- Evitar la entrada de comida en las instalaciones
- Vigilar la humedad relativa y la ventilación para evitar la aparición de moho.
- Controlar periódicamente roedores y termitas, especialmente si se trata de instalaciones antiguas.

B) Riesgos mecánicos

Para ordenar y dirigir adecuadamente la manipulación y el transporte de objetos los conservadores-restauradores han de tener un conocimiento exhaustivo de los materiales de los que están hechas las piezas y saber cómo pueden responder ante distintas situaciones de riesgo. La correcta manipulación de los objetos quiere evitar los riesgos de daño originado por factores mecánicos (golpes, rozamientos, traqueteo…) fruto de una manipulación o un transporte indebidos o poco cuidadosos, o por un accidente.
Se recomienda usar guantes de algodón para manipular los objetos, y emplear siempre montacargas o carritos de transporte almohadillados para cualquier movimiento. La forma correcta de actuar en estos casos, debe constar en los manuales de procedimiento de obligado cumplimiento y estas actuaciones deben estar siempre supervisadas por los conservadores [tratamiento específico de estas medidas en las dos últimas secciones de este tema].

[Excluído del temario:]

Restauración

Este campo de la conservación está reservado exclusivamente a los especialistas técnicos conservadores-restauradores, a diferencia de la conservación preventiva, que compete al conjunto del personal del museo.
En el proceso de adquisición de una pieza o conjunto, el restaurador evalúa su estado de conservación y emite el preceptivo informe en el cual, además de valorar su estado actual, diagnostica sus causas y su eventual comportamiento una vez ingresado (se compara esta actividad con un informe clínico capaz de permitir diagnósticos futuros).
Hay ocasiones en las que solo hay que estabilizar el objeto para asegurar su prolongada permanencia en el estado en el que fue recibido (preservación). Pero cuando un objeto se ve profundamente alterado, porque a lo largo de su vida ha sido abandonado, sometido a duras condiciones de supervivencia o incluso intervenido con la mejor intención pero sin buen criterio (pensemos en el caso del Ecce Homo de Borja), es entonces cuando puede recomendarse una intervención de restauración. 
Una intervención de estas características supone un proceso complejo, en el que pueden darse cita numerosos expertos cuando la obra es de gran relevancia cultural. Pero ¿Qué objetivos persiguen estas intervenciones radicales?

Tradicionalmente se ha entendido por restauración cualquier intervención sensible destinada a devolver a un objeto su condición y apariencia anterior, que se presume mejor que el actual, sea a la supuesta condición original o a una condición intermedia. Actualmente esta definición, aunque no se rechaza taxativamente, es objeto de debate puesto que esos términos admiten muchos matices dadas las presunciones sobre las que se sostiene. Además existe la convicción de que toda intervención restauradora debería justificarse en función de los usos a los que se destine el objeto Pero ¿cómo conocer los posibles usos futuros de un bien cultural y qué cabe decir de los usuarios tanto presentes como futuros?” (BALLART, op.cit.)
A pesar de los sorprendentes avances de la técnica de restauración en las últimas décadas, estos no ofrecen soluciones a un problema cuya raíz es de orden teórico, o filosófico. ¿Cómo se justifica la transformación de una obra histórica o artística en aras de su conservación, en qué criterios se basa la intervención, qué implicaciones éticas tiene esa actuación?
Torre musulmana de Huércal-Overa (Almería)

Criterios de restauración

El preceptivo informe de estado que el conservador-restaurador tuvo que emitir en el momento del ingreso de la obra en el museo, debía recoger el estado de conservación de la pieza, las causas de su posible deterioro y su potencial comportamiento ante las nuevas condiciones de conservación. Sobre este informe previo se elaborará el correspondiente diagnóstico, que determinará el grao de intervención necesaria. 
Cuando la obra está afectada por patologías destructivas, se hará necesario, presumiblemente, un procedimiento de restauración, que quizás no pueda evitar cambiar la morfología de la pieza tal y como se conserva, pues lo que se pretende es liberarla de los agentes externos que la deterioran, para devolverla al estado más próximo posible a su forma original. 
Mausoleo romano de Abla (Almería)
Todo el proceso deberá ser minuciosamente documentado, paso a paso; la modificación debería ser la mínima imprescindible para asegurar la conservación del objeto, el tratamiento debería ser reversible (cualquier intervención debe poder deshacerse sin alterar o deteriorar la pieza), asegurando además el reconocimiento inmediato de la intervención (distinción de la parte restaurada respecto a la original). 
Estos son los requisitos para una restauración ideal, pero este protocolo no siempre se aplica, pues hay restauraciones consideradas óptimas que difícilmente responden a estos requerimientos de reversibilidad y distinción del estado original. Esto parece especialmente aplicable a las restauraciones de obras pictóricas, como puede verse en esta restitución pictórica irreconocible en su resultado de Julian Baugartnert, entre otras muchas de este y otros profesionales de la Restauración.

Buen ejemplo de restauración, consolidación y anastilosis de un edificio antiguo, con objetivos y técnicas explicitadas en su web: Teatro romano de Cartagena
Ver aquí una selecciónde restauraciones del Museo del Prado. [hasta aquí]


Almacenaje, manipulación y transporte de bienes culturales
 
GUTIERREZ USILLOS. "Transporte y embalaje" y "Condiciones generales de embalaje y manipulación de objetos", en Manual..., pp. 104-107
BALLART, "Almacenamiento de colecciones",  en Manual de Museos, pp. 159-61



Normativa CEN y AENOR. Glosario de términos utilizados en exposiciones temporales  (Creación de estándares de embalaje y transporte): 
El objetivo del proyecto CP EXPOTEMP es reforzar los criterios de conservación preventiva en el ámbito de las exposiciones temporales, en cuanto a las herramientas de gestión y los procedimientos existentes, mediante el uso de terminología, documentación y protocolos de préstamo comunes. Siempre con la finalidad de favorecer el intercambio de información entre las instituciones que prestan sus obras y las que organizan las exposiciones, adoptando un método de gestión más eficaz en el control de los riesgos de deterioro de los bienes culturales y difundiendo estas prácticas entre las instituciones del territorio nacional. Además de ello, se han incluido y actualizado en los documentos elaborados los criterios y terminología recogidos en las normas desarrolladas por el Comité Europeo de Normalización, transpuestas a la normativa española por AENOR.

La ordenación y conservación de las colecciones en los almacenes 

GUTIERREZ USILLOS. "La ordenación de las colecciones en el almacén",  en Manual..., pp. 71-3

luns, 23 de novembro de 2020

TEMA 7. 1. Vocabulario técnico en conservación y restauración. Condiciones óptimas de conservación, etc.

AnastilosisTérmino arqueológico de etimología griega para designar la técnica de reconstrucción de un monumento en ruinas gracias al ajuste documentado y metódico de los diferentes elementos que componen su arquitectura. Cuando faltan piezas originales o de la misma época, se suele recurrir para suplirlas a materiales contemporáneos (piedra nueva, cemento, resina, polímeros sintéticos, etcétera) [aquí].

Humedad Relativa: proporción de humedad del aire en relación a la cantidad máxima que puede llegar a alcanzar (saturación, condensación). La humedad fluctúa en relación a la temperatura: a más temperatura, mayor capacidad de absorción de agua.

Lumen: medida del flujo luminoso. 
Este es la energía radiante por unidad de tiempo que llega a la retina del ojo y produce sensación luminosa; su unidad es el lumen, que se simboliza por “lm”. Esta unidad es la fundamental en la luminotecnia y de ella se derivan las demás. El fabricante suele informar sobre el flujo luminoso o cantidad de luz que proporciona una fuente. Por ejemplo, un tubo fluorescente de 36 W daría, pasadas las 100 primeras horas de vida, unos 3500 lm. 

Lux: medida de la iluminancia. 
La iluminancia, o “nivel de iluminación”- es el flujo luminoso recibido por unidad de superficie. Su unidad es el lux, que es el lumen (unidad de flujo luminoso) por metro cuadrado (unidad de superficie); el símbolo del lux es “lx”. Esta unidad es la que comúnmente se controla para asegurar las condiciones de conservación de las obras expuestas. 
1lux = 1lumen/m2 


Condiciones de conservación y manipulación de obras de arte:













domingo, 22 de novembro de 2020

TEMA 7. Vídeos proyectos de restauración


Estudio técnico y restauración de La Gioconda del Museo del Prado



Restauración: "La era" o "El verano" de Francisco de Goya


Demetrio Poliorcetes. Un bronce monumental helenístico recuperado

 

La restauración de "El Expolio de Cristo", de El Greco




venres, 20 de novembro de 2020

TEMA 6. Investigación, catalogación y documentación aplicada al museo


ContenidosEl museo como centro de investigación. Sistemas de documentación y catalogación. Criterios internacionales para la documentación en museos. Movimiento de colecciones

ObjetivosEl tema aborda la labor de estas instituciones como centros de documentación encargados de la catalogación e investigación de las colecciones que el centro custodia. Aunque existen modelos de catálogo e inventario no es posible obviar el modelo proporcionado por la Secretaría de Cultura del Ministerio de Educación de España, el programa Domus, un sistema informatizado de documentación y gestión museográfica que proporciona un modelo de actuación


Bibliograía recomendada:

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El museo como centro de investigación

Sistemas de documentación y catalogación 


Cuando una pieza o conjunto de ellas entra en un Museo interesa conocer todas sus circunstancias, para lo cual ha de ponerse en marcha un protocolo destinado a resolver todos los interrogantes que la rodean. La documentación debe reflejar todo lo que le afecta: su origen, contexto, historia, etc. Ello supone la búsqueda y recopilación de la documentación existente, la revisión de esa información y el vertido de todo ello en el soporte apropiado, empleando para ello una sistemática que nos permita consignar, para más tarde recuperar, toda la información disponible. Todo lo que se relaciona con este campo museístico, deberá preverse y planificarse en el Programa de Colecciones del Plan Museológico.

La documentación atraviesa varias fases, resumibles en 3 operaciones básicas: 

  • Registro de ingreso (altas y bajas de bienes museográficos y documentales)
  • Inventario y Catalogación
  • Control de movimientos

Dentro de cada una de estas actividades se pueden desglosar innumerables acciones dependiendo de las necesidades de documentación de cada objeto o conjunto (control de inventario y/o de movimientos y localización, seguros, gestión de derechos, préstamos, pérdidas y daños, etc, etc.)

EL REGISTRO

La primera acción consiste en el registro de ingreso, proceso por el cual las piezas se inscriben en un libro de registro (manual o informatizado), añadiendo a la entrada una descripción somera y asignándole un número de orden correlativo. Es deseable que este número coincida con el del inventario para no dar lugar a confusiones, de manera que sirva también para marcar físicamente el objeto de cara a su cómoda identificación.

Los objetos pueden ingresar por diferentes medios («forma de ingreso»), lo que habrá que consignar también en el libro de registro para conocer su situación legal dentro de la colección y las responsabilidades que el Museo tiene para con ellos: propiedad (adquisición por compra, donación, usucapión…) o custodia temporal (depósito y préstamo). En el libro de registro deben consignarse así mismo las bajas de los objetos (por devolución, cesión, incluso por destrucción accidental, etc.)

La operación de registro, como el resto de las relacionadas con la documentación, se efectúa siguiendo estándares internacionales aconsejados por el ICOM (a través de su comité internacional CIDOC o Comité Internacional para la Documentación u otras organizaciones). Para el registro se recomienda cubrir en el libro de registro, al menos, los siguientes campos:

  • NÚMERO DE REGISTRO
  • IDENTIFICACIÓN (nombre de objeto) Y DESCRIPCIÓN
  • FECHA DE INGRESO
  • PROCEDENCIA, PROPIETARIO
  • ESTADO (de conservación)

INVENTARIO Y CATALOGACIÓN

La catalogación es el resultado de un estudio más profundo o investigación sobre la pieza, para descubrir sus valores patrimoniales. El trabajo de catalogación nunca se acaba, pues no es posible zanjar el conocimiento positivo que tenemos sobre los objetos museológicos. 
La primera fase de este trabajo comienza abriendo una ficha de inventario.

En esta ficha caben numerosos datos, desde los de tipo administrativo hasta los más específicamente catalográficos, es decir, resultado de la investigación efectuada por el conservador encargado de su estudio, preferentemente un experto.

En España el Ministerio de Cultura ha intentado homogeneizar las herramientas digitales para el inventario y catalogación de los fondos de todos los museos españoles creando un programa integral de gestión conocido como DOMUS, que hace posible el trabajo de catalogación de los centros que lo han incorporado y la recuperación de toda la información por parte del público general a través de la página web de la RED DIGITAL DE COLECCIONES DE MUSEOS DE ESPAÑA. (Conocida como CER.ESColecciones en Red. "Estos museos tienen en común el ser usuarios del Sistema Integrado de Documentación y Gestión Museográfica Domus, desarrollado por el Ministerio de Cultura y Deporte y utilizado actualmente por 195 museos").

La consulta de las fichas de inventario/catalográficas de esta página nos permite comprobar cómo, a partir de una aplicación complejísima, que permite consignar datos en infinidad de campos, quien se encarga de su cumplimentación selecciona sólo los campos pertinentes al objeto catalogado (un ejemplo).

Según el Manual de Museología de Francisca Hernández, el Libro de Registro refleja altas y bajas de las piezas, además de los datos imprescindibles para la identificación de los objetos; el Inventario, por su parte (según indicaciones del CIDOC-ICOM) debería contener al menos 9 atributos básicos, pudiendo ampliarse según necesidades: Nombre del museo o de la institución. - Número de registro. - Nombre del objeto. - Clasificación genérica. - Descripción. - Forma de ingreso. - Fuente de ingreso. - Fecha de ingreso. - Historia del objeto)

La inclusión de nuevos campos de carácter técnico-artístico o histórico, ya corresponde a la Catalogación, que sólo añade a la Ficha de Inventario más información y más precisa. 

Modelo posible de Ficha de Inventario



CONTROL DE MOVIMIENTOS

Conocer la localización exacta de todos los materiales del museo depende del seguimiento de todos los movimientos que se hayan efectuado fuera del lugar asignado desde su registro. Las reubicaciones de piezas son habituales por diferentes motivos: si están en el almacén, quizás se decida exponerlas en sala, o quizás necesiten una puesta a punto en el laboratorio de restauración, o tal vez se presten a otra institución para su estudio o exhibición. Todos estos movimientos deben estar debidamente registrados para que no se pierda su pista entre tantos miles de objetos como los que se manejan habitualmente en un museo.
Los movimientos de objetos tienen un lugar específico que puede añadirse a la ficha de inventario, acompañado de la documentación complementaria pertinente. 

BIBLIOGRAFÍA

Es muy abundante y variada, siendo también importantes las discrepancias en las definiciones y procedimientos estudiados.
Puede ser especialmente útil este extracto del manual de Luís ALONSO FERNÁNDEZ (1999) Museología y Museografíaespecialmente para profundizar en los diferentes tipos de catalogación en los que aquí no nos hemos detenido (pp.167-170).
Otros títulos:
BELLIDO, MªL., FDEZ. MORENO, A.I., RUÍZ TORRES, D. (2016). «Aproximación al catálogo artístico digital en España conceptos, contexto y análisis preliminar», en Caracteres: estudios culturales y críticos de la esfera digital, vol 5º, nº2 (pp.168-195)
El registro de Museos en el siglo XXI. Icom CE digital. (2019), nº5
 
RICO NIETO, J.C. «Museos e Investigación. Deficiencias estructurales (condicionantes sociales y psicológicos)». Artículos y Conferencias 26. JCR 21 OFFICE Editions, 2017
 
Criterios internacionales para la documentación en museos 

[Extracto de L. NAGEL VEGA. "Estándares internacionales", en Manual de Registro y Documentación de Bienes Culturales, p.49 ss.; incluye desarrollo del tema.]

«El capítulo Estándares Internacionales hace referencia a una serie de herramientas de documentación –estándares– aplicables en el registro y documentación de colecciones. Estos estándares permiten, por una parte, normalizar el vocabulario y la metodología aplicados en la descripción y clasificación iconográfica de los objetos. Además se incluyen estándares para el diseño de estructuras de bases de datos y para el uso adecuado de terminología relativa a nombre de autores/creadores, nombres de lugares geográficos y la pauta básica para el registro de objetos. 

Primeramente se analizan los tesauros desarrollados y mantenidos por el Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales, se continúa con los estándares desarrollados por The Getty Research Institute, del J. Paul Getty Trust, algunos en conjunto con otras organizaciones culturales y museales. Se finaliza con el estándar para la clasificación iconográfica desarrollada y mantenida en Holanda.

• Tesauro de Arte & Arquitectura (TAA).

• Tesauro Regional Patrimonial (TRP).

• Categorías para la Descripción de Obras de Arte (Categories of Description of Works of Art). 

• Listado de Verificación para la Identificación de Objetos (Object ID).

• Listado de Nombres de Autores, Union List of Author Names (ULAN).

• Tesauro de Nombres Geográficos, Thesaurus of Geographical Names (TGN).

• Sistema de Clasificación Iconográfica; Iconographic Clasification System (Iconclass) [...]»


Movimiento de colecciones

BIBLIOGRAFÍA

Sección de la documentación especializada en el control de los objetos; cf. L. ALONSO FDEZ., en el extracto de la obra antes enlazado, pp. 162-5; también en el manual de USILLOS (2012), la sección «Gestión de préstamos» (pp. 69-70)


luns, 9 de novembro de 2020

TEMA 5.2. Gestión de museos y colecciones

(continúa de aquí

ContenidosDiferentes modelos de gestión. La elaboración del plan museológico. Plan director o estratégico. Personal para las diferentes funciones del museo. Patronatos y administración de museos

Plan director o estratégico 

Pregunta de examen: ¿Qué es y en qué consiste el "plan director o estratégico" de un museo?
El plan estratégico es una denominación anglosajona de algo mejor conocido en nuestro entorno como PLAN DIRECTOR, o también PLAN ANUAL DE ACTIVIDADES. Se trata de un documento presentado por la dirección del museo al órgano gestor del mismo, que tiene la estructura y finalidad de un plan de empresa cualquiera, por lo que se establecen los objetivos anuales a alcanzar por cada área en el transcurso del ejercicio económico (un año natural, generalmente). 
Comprende la asignación de recursos materiales y humanos a diversos departamentos o áreas con el fin de alcanzar un objetivo, designado por el consejo de dirección, todo ello acompañado de un calendario. Los objetivos trazados deben diseñarse considerando estudios de público que pongan de manifiesto las carencias y debilidades de la oferta museística para enmendarla y mejorarla. Esos objetivos han de ser cuantificables para su posterior evaluación.

Bibliografía

MOORE, K. (2005) «La planificación estratégica en los museos», en Museos.es, nº1, pp.32-47

Personal para las diferentes funciones del museo. Patronatos y administración de museos  

El museo actual se entiende como un sistema de personal, funciones e infraestructuras que conectan los dos extremos del mundo museístico: el público y los objetos musealizados.
La mayor parte de los museos presenta un órgano de gobierno de carácter colectivo, el patronato, y una dirección, generalmente de carácter unipersonal. De ellos depende el resto del personal técnico y de servicios.

El patronato

Consejo de administración o Junta de gobierno son las diferentes denominaciones que suelen recibir los órganos de gobierno colectivos de los museos con gestión independiente. 
LORD y LORD (1998:33) han resumido las responsabilidades que normalmente asumen en todo el mundo estos órganos de gobierno, especialmente referidas a aquellos que disfrutan de mayor capacidad de autogobierno (consultar enlace). Como señalan estos autores, la misión última del patronato es ejercer la autoridad, no la administración del día a día del museo. Tampoco son los patronos los encargados de redactar sus líneas de actuación (políticas, planes...), pero constituyen el foro en el que se discuten, valoran, enmiendan y aprueban las mismas. 
Entre los cometidos más importantes del patronato está conseguir medios de financiación, movilizando sus relaciones públicas para conseguir socios y patrocinadores. Otra de las obligaciones propias del patronato es adoptar un código ético que proteja tanto a los patronos como los intereses generales de la institución.

Funciones y responsabilidades de un patronato, reguladas por estatutos en los que se establecen provisiones, como las siguientes (apud BALLART, 2007: 93):
  1. el número de miembros del patronato y los procedimientos de elección o designación
  2. las responsabilidades públicas contraídas y el grado de responsabilidad individual en cada patrono
  3. la duración del mandato de los patronos
  4. los comités del patronato que se establecerán
  5. los procedimientos que han de regir la disolución del patronato.

El sistema de personal, es decir, los recursos humanos del museo se reflejan en su ORGANIGRAMA, en el cual se identifican las unidades de trabajo (áreas, departamentos, servicios) así como sus respectivos componentes (con su perfil y estatuto laboral) y las funciones asignadas a todos ellos (unidades y personas). El organigrama debe descansar sobre un reglamento interno que detalle todos estos aspectos.

La dirección es la responsable de la gestión integral del sistema museológico, y el personal de cada área se encarga de la realización de una o varias funciones del museo, en coordinación con el resto. Estas pueden dividirse en 3 áreas funcionales:

  • Administración
  • Conservación, documentación e investigación
  • Difusión

Organigrama de El Prado https://www.museodelprado.es/museo/organizacion



Puede consultarse un desarrollo de este apartado de organización del personal en la obra citada de BALLART (2007: 93-8), donde se organiza el organigrama según departamentos (vg. Arte Antiguo, Arte Moderno..., Educación, Exposiciones, Administración); según funciones, expandido, según grupos de trabajo, etc. 








En la misma obra se desarrollan «Dinámicas y perfiles profesionales» (p.100-103), donde se explican los roles asumidos por los diferentes profesionales con perfil técnico en el museo (conservadores, conservadores-restauradores, documentalistas, responsables de las áreas de didáctica, marketing-comunicación, seguridad y mantenimiento, atención al visitante..., etc.)


Bibliografía

BALLART, J. 2007. Manual de Museos. Ed. Síntesis
EVE. «Museos e Innovación: Museos y sus profesionales».