venres, 8 de novembro de 2019

TEMA 2. Orígenes, historia y actualidad de los museos

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Contenidos: De las antiguas colecciones a los museos públicos. Tipologías y modelos de museos. La nueva museología y los ecomuseos. Museos públicos y museos privados. Las exposiciones en la actualidad. Los nuevos centros de arteLos problemas del museo en la actualidad.

Objetivos: Los museos van a sustituir en la Edad Contemporánea a las antiguas colecciones privadas creadas para proporcionar goce estético a sus propietarios y servir de símbolos de poder o de riqueza. El establecimiento del Estado moderno les dotará de otro significado social en términos de patrimonio colectivo. En la actualidad los nuevos centros de arte han empezado a rivalizar con los museos en atraer a un público que busca las manifestaciones de la cultura más actual, lo que define un amplio abanico de tipologías museísticas.


Bibliografía recomendada

Fernández Alonso, L. (1993) «Historia y evolución del museo», en Museología. Introducción a la teoría y práctica del museo.

Ballart, J. y Juan, J. (2010). «Patrimonio y museos en el presente», en Gestión del patrimonio cultural. 

Eco, U (2001). «El museo en el tercer milenio».


Este tema pretende hacer un recorrido histórico desde el origen y formación de las colecciones, muchas de ellas antecedentes de los futuros museos, hasta su apertura pública y musealización en el siglo XVIII. Tras la Revolución Francesa de 1789 y la creación del Muséum Central des Arts en París nacerá el museo público, que tendrá la misión de educar a la ciudadanía y que muy pronto se especializará y diversificará sus contenidos para mostrar de manera más científica sus colecciones.

De las antiguas colecciones a los museos públicos. 

Antes de la especialización arquitectónica del museo en el siglo XVI, lo que hay  es “coleccionismo”, con conceptos y formas de gestión muy diferentes.
El mejor ejemplo del antecedente más antiguo del museo es lo que se dio en llamar el “Gabinete de las Maravillas de la Humanidad” de Nabucodonosor, rei babilonio del s. VII a.C., quien reunía en su palacio una gran colección de todo tipo de artefactos y trofeos, entre los que se incluían piezas de arte antiguas.

La Grecia clásica es heredera de la costumbre en período arcaico de atesorar objetos valiosos en los santuarios y en los templos como ofrendas a los dioses. Estos tesoros poseían una dimensión pública, actuando como bolsa económica de las ciudades, pero acabarían dando lugar a espacios en los que recrearse con la observación de lo que hoy llamamos "obras de arte"; es el caso de la pinacoteca de la Acrópolis de Atenas, donde, según Pausanias, se exhibían diferentes pinturas justo en los Propileos, es decir, a las puertas del recinto sagrado, y donde un sacerdote cobraba por guiar y explicar las pinturas expuestas. Este es sin duda el mejor ejemplo de un antecedente del museo en la Antigüedad.
El término museo también procede del griego museion, aunque en aquel entonces (en época helenística) designaba un templo alejandrino dedicado a las Musas, las diosas de la inspiración y de las artes. Allí se daban cita los pensadores del momento para compartir y transmitir sus conocimientos, a modo de un gran centro de investigación. La grande y llorada Biblioteca de Alejandría formaba parte de aquel gran complejo, creado en época helenística por el rey heleno-egipcio Ptolomeo Filadelfo (285 a.C).

Por tanto, no sorprende que el término se haya conservado en el mundo romano para designar espacios privados en los que se celebraban encuentros y tertulias para el debate filosófico.
Exedra de los Julios, Foro de Augusto (Roma)
Entre tanto, el gusto por el acopio de obras artísticas en Roma consigue rebasar radicalmente el límite de lo religioso para convertirse en un medio de exhibición de poder y riqueza, que se nutre del expolio del patrimonio griego, fundamentalmente, aunque también de la copia sistemática de sus obras artísticas, tanto en ámbitos privados (palacios, villae...), como públicos (foros, templos...). Por entonces surgen grandes personajes que dan acceso público a sus colecciones, como el mismo Julio César, e incluso se divulgan recomendaciones para la óptima conservación de algunas obras (pinturas y papiros en la obra de Vitruvio De Architectura). En este contexto, no falta quien ejerce de experto técnico y quien especula económicamente en este incipiente mercado, en donde emergen valores a considerar como la pátina, la antigüedad, la rareza, la serie completa...
Cámara Santa de Oviedo
Durante la Edad Media cambia el signo social del mayor coleccionista, pasando del aristócrata a la Iglesia, que ahora será la institución hegemónica. Se produce una vuelta al protagonismo del tesoro en cuanto depósito u ofrenda sagrada, que luego se convertirá en el fondo de los museos diocesanos, catedralicios, etc. 
Tesoro de Guarrazar

Al mismo tiempo, los grandes monarcas se preocuparán por sus propias colecciones, nutridas ahora tanto de antigüedades como de botines de guerra (p.j. de los cruzados), abundando entre las obras de arte y los bienes preciosos o tesoros, otros de carácter excepcional (objetos mágicos, piedras preciosas, cosas raras…). Destaca, en esta categoría, la colección de Carlomagno (ss. VIII-IX), que reunía obras de arte romanas, el tesoro de los hunos, trofeos musulmanes, etc. 
En momentos más tardíos, destacan las colecciones de San Marcos de Venecia o de Saint Denis en París; mientras que en España habría que resaltar la Cámara Santa de Oviedo, San Isidoro de León, Santo Domingo de Silos, el Tesoro de Guarrazar... 

Galería Uffizi
La Edad Moderna comienza con el Renacimiento, que se caracteriza por reivindicar el pasado clásico recuperando sus objetos artísticos, sus documentos, su saber y valores en general. Estamos en la Italia de finales del s. XV, con el Humanismo y la era de los descubrimientos transoceánicos de fondo, cuando familias como la Medici acumulan vastas colecciones y se preocupan por protegerlas al tiempo que engrandecen su reputación.
Es por entonces cuando se sientan las bases del museo moderno, al concebirse un espacio específico para alojar y exhibir aquellas colecciones. Esto acontece por primera vez en un palacio florentino, tras encargársele a Vasari el proyecto de instalar en la planta superior del edificio la conocida como Galería de los Uffizi (1560). 
Antiquarium de Munich
Este hito de la museística responde a la morfología de la galería, espacio alargado  destinado a la exhibición de objetos, replicado entre 1568-1571 por el Antiquarium de Munich, un ancho y largo corredor a cuyos lados se exhiben antiguas obras artísticas.
Las galerías serán, por tanto, espacios reservados en los palacios privados para la exhibición de las colecciones, considerándose la posibilidad de que fuesen salas visitables por gente ajena al palacio. 
Pero en este momento surgen otras tipologías para el alojamiento de las colecciones, que veremos a continuación:
  • Colecciones clasicistas (1450-1525), generalmente atribuidas a nobles, quienes coleccionan cosas de todo tipo: armas, joyas, minerales curiosos, plantas exóticas de ultramar...  Museos Vaticanos y Museo Belvedere, son ejemplos de este tipo de coleccionismo.
  • El studiolo, lugar destinado a la reflexión en la casa del hombre renacentista (desde 1550), que se asemejará a un laboratorio con instrumentos científicos, biblioteca, mapas, objetos curiosos...,  y será el precursor de la cámara de las maravillas. 
  • Las cámaras de las maravillas aparecen a finales del XVI, tratándose de cuartos privados destinados al acogimiento de toda clase de objetos, artísticos, valiosos, exóticos, curiosos..., predominando cualquier tipo de objetos según los intereses particulares de sus dueños. Destacaremos la Tribuna del Palacio de los Uffizi.

El siglo XVI se caracterizará por el gran desarrollo en general de las colecciones reales de toda Europa (en España, los Austrias comenzaron la colección de Museo del Prado).
El Renacimiento, por tanto, es el momento culminante del coleccionismo, coincidiendo con la revalorización de la figura del artista y con la emergencia del experto (el primer historiógrafo, Vasari, escribe una primera historia del arte), anunciando la participación de la burguesía en el coleccionismo, hasta entonces casi restringido a la Iglesia y la Corte.
Ya en el siglo XVII se despierta un mayor interés por la iconografía, apareciendo entonces el catálogo, como por ejemplo “Le Cabinet du Roi de France” de J.F. Félibien (1677). Poco después, durante el reinado de Luís XIV, el ministro Colbert abrirá la Galería del Louvre, inaugurándose también entonces la tendencia a exponerse el arte para la venta.
Hubert Robert. Proyecto Gran Galería del Louvre 1784
Definitivamente aparecerán expertos coleccionistas y en crítica artística independientes de la realeza, que comenzarán a mover el mercado del arte y cuya principal herramienta serán las exposiciones y las galerías de arte. Estas estarán dedicadas al coleccionismo artístico, organizando espacios de exposición para la exhibición pública de las obras de arte y su venta directa.
Se crearon paralelamente galerías dedicadas al coleccionismo científico, los antecesores de los museos de ciencia del siglo XVIII.

Con la llegada de la Ilustración, que acabaría dando lugar a la declaración de derechos ciudadanos durante la Revolución Francesa (1789) y en general el triunfo de la burguesía, se reivindicó la apertura de los bienes culturales a toda la gente, surgiendo entonces el concepto de Patrimonio público, lo cual es fundamental para la aparición del Museo moderno. Varios hitos durante el siglo XVIII acabarían desembocando en este nuevo concepto del museo como institución pública.
Ashmolean Museum (Oxford), edificio del s. XIX
Antecedente de los museos ilustrados es el Ashmolean fundado en 1683. Estaba constituído por una colección privada más tarde donada a la Universidad de Oxford, quien comenzó a gestionarla como una institución de carácter público, dotándola de un edificio ad hoc, de un conservador encargado del estudio y cuidado de la colección, y funcionando conforme a criterios científicos, un reglamento administrativo y una estricta planificación.
En el siglo XVIII verá la luz el primer tratado de Museografía (1727) de Gaspar F. Neickel, en el que se ofrecen estudios de las obras, así como  recomendaciones sobre las exposiciones y la conservación de las mismas.
Será por aquel entonces cuando se emprendan las primeras excavaciones arqueológicas en Pompeya y Herculano, cuyos restos nutrirán los futuros museos.
Posteriormente emergerán las sociedades científicas (Society of Dilettanti en Gran Bretaña, Academie Celtique en Francia) y la Academia de París, referente para la creación de otras academias europeas (Madrid, Berlín, Londres, Viena, Venecia), verdaderas artífices de las exposiciones que más tarde conformarán los fondos de los museos nacionales.
En el ámbito privado, proliferarán las colecciones especializadas y se inaugurarán las primeras casas de subastas, como las londinenses Sotheby’s (1744) o Christie's (1766).
Es entonces cuando se reclama convertir las colecciones reales en museos públicos, con el cometido de educar al pueblo a través de la organización de exposiciones tipológicas y científicas. Pero el tono de las exposiciones era  demasiado técnico y especializado, lo cual las convertía en discursos inasequibles para el gran público. Esto, unido al hecho de que los contenedores escogidos solían ser grandes monumentos arquitectónicos de estilo neoclásico, inspirado en la arquitectura templaria greco-romana, explica su calificación por parte de la NM (Nueva Museología) como “museos-templo”, donde los objetos solían adquirir además una dimensión "religiosa", es decir, un valor casi sagrado.

El Louvre
Con estos presupuestos se crea en 1753 el Museo Británico de Londres a partir de una colección privada adquirida por el Parlamento y cuya acta fundacional resalta su vocación investigadora, pedagógica y de servicio público, aunque con restricciones de acceso a expertos y a discreción de su director.
El Museo del Louvre, por su parte, surge en 1793 como Muséum Central des Arts, como resultado de la democratización de la cultura emanada de la Revolución Francesa, por lo que se convertirá en el referente definitivo de los nuevos museos. En el palacio del Louvre se aglutinan todas las colecciones de la monarquía y se crea el Museo de la República francesa, el primer gran museo nacional de Europa.
A imitación de la Francia revolucionaria, otros países constituirán sus respectivos museos nacionales, en paralelo a la conformación de los correspondientes Estados Nacionales que ahora se estaban configurando. En España, las colecciones de la monarquía estaban dispersas en diferentes palacios, que serán concentrados a instancias del marqués de Urquijo para fundar por decreto de José Bonaparte de 1808 el Museo del Prado, inaugurado en 1818.

Conclusión
El museo público nace por tanto a finales del siglo XVIII como consecuencia de los cambios sociales y políticos derivados de la Ilustración y de la Revolución francesa, produciéndose la transformación más importante en el siglo XIX, cuando se impulsa el desarrollo de los nuevos museos nacionales: en 1818 se abre el Museo del Prado, y consecutivamente se crearán el British Museum, la Gliptoteca de Munich, el Victoria and Albert Museum, y la Tate Gallery, por citar sólo algunos de los ejemplos más importantes de Europa. A lo largo de este siglo XIX el coleccionismo dará paso, por fin, al Museo contemporáneo.

Bibliografía

Tipologías y modelos de museos 

Los museos pueden clasificarse según diferentes parámetros: según su ámbito territorial (nacionales, autonómicos, provinciales, comarcales, locales...), según el tipo de colección (arqueología, arte, etnografía, de ciencia y tecnología...); según su titularidad (públicos, privados); según el carácter de su contenedor (de nueva planta, en edificios históricos, rehabilitados...), tratándose, como vemos de categorías que pueden solaparse.
La primera clasificación remonta a la Ilustración, y son muchas las tipologías que se han propuesto desde entonces. Durante la primera mitad del siglo XX, se disponía de tres tipos.
  1. Museos Artísticos o Estéticos.
  2. Museos Históricos.
  3. Museos Científicos.
Pero enseguida se sentiría la urgencia de incorporar nuevos tipos, ante lo cual el ICOM respondería en 1963 ampliando el elenco a 5 categorías:
  1. Museos de Historia.
  2. Museos de Arte.
  3. Museos de Etnología.
  4. Museos de Historia Natural.
  5. Museos de Ciencia y Técnica.
Categorías añadidas en:

1964
1975
1. Museos de Ciencias y Técnica.
1. Museos de Ciencias y Técnicas.
2. Museos de Ciencias Naturales.
2. Museos de Historia Natural.
3. Museos de Etnología.
3. Museos de Arqueología e Historia.
4. Museos de Arqueología e Historia.
4. Museos de Etnografía.
5. Museos de Arte Moderno.
5. Museos de Artes Aplicadas.
6. Museos de Artes Aplicadas.
6. Museos de Arte Moderno.
7. Museos Regionales.
7. Museos Regionales.
8. Museos del Vidrio.
8. Museos Especializados:
9. Museos de Instrumentos Musicales.
-Museos y colecciones de Instrumentos Musicales.
-Museos de Armas.
-Museos de Historia Militar.
10. Museos de Costumbres.
11. Museos de Transportes.
12. Museos de Historia Militar.


Por fin, en la actualidad:
Museo de Historia Natural (USC, Compostela, 1840)
1. Museos de Arte.
1.1. De pintura.
1.2. De escultura.
1.3. De grabado.
1.4. De artes gráficas: diseños, grabados y litografías.
1.5. De arqueología y antigüedades.
1.6. De artes decorativas y aplicadas.
1.7. De arte religioso.
1.8. De música.
1.9. De arte dramático, teatro y danza.
2. Museos de Historia Natural en general.
2.1. De geología y mineralogía.
2.2. De botánica (incluye jardines).
2.3. De zoología, acuarios...
2.4. De antropología física.
3. Museos de Etnografía y Folklore.
4. Museos Históricos.
4.1. Biográficos: Grupos de individuos…
4.2. Objetos y recuerdos de una época determinada.
4.3. Conmemorativos de un suceso.
4.4. Biográficos: artistas…
Memorial del Holocausto (Berlín, 2003-05)
4.5. Historia de una ciudad.
4.6. Históricos y arqueológicos.
4.7. Del Ejército y de la guerra.
4.8. De la Marina.
5. Museos de la Ciencia y de la Técnica.
5.1. De ciencias y técnicas con carácter general.
5.2. De física y química.
5.3. De oceanografía.
5.4. De medicina y cirugía.
5.5. Técnicas industriales.
5.6. De manufacturas y productos manufacturados.
6. Museos de ciencias sociales y servicios sociales.
6.1. De pedagogía, enseñanza y educación.
Muncyt (A Coruña, 2012)
6.2. De justicia y de policía.
7. Museos del Comercio y de las Comunicaciones.
7.1. De moneda y de sistemas bancarios.
7.2. De transportes.
7.3. De correos.
7.4. De aduanas.
8. Museos de Agricultura y de los productos del suelo.


Bibliografía:

  • BALLART HERNÁNDEZ, J. (2007). Manual de Museos. Ed. Síntesis (2.3.1. «Tipologías disciplinarias de museos»)
  • LORENTE, J.P. (2012). Manual de historia de la museología. Ed. Trea (pp. 65 ss.)




Bibliografía complementaria:

Museos públicos y museos privados 

Las exposiciones en la actualidad
Los nuevos centros de arte


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